Carl Franz Bally puso en marcha una pequeña fábrica de cintas en Schönenwerd. Con el tiempo, se convirtió en una conocida marca mundial. En 1854, Bally modernizó sus procesos y amplió sus tiendas de Montevideo (Uruguay) en 1870 a París (Francia) en 1879. En la actualidad, Bally sigue fiel a sus tradiciones atemporales y valora la calidad. Incluso sus famosos zapatos, como el formal masculino Scribe, creado por Max Bally en 1951 para el centenario de la marca, siguen fabricándose a mano en Suiza con 240 técnicas artesanales.
Bally se atreve a ser única, creando siempre diseños que resisten el paso del tiempo. Su equipo de artesanos en Caslano, Suiza, proviene de diferentes generaciones y elabora a mano nuestros productos con dedicación y atención al detalle. Esto refleja la forma comprometida de Bally de fabricar zapatos, accesorios y artículos prêt-à-porter.
La silueta Curling, un icono atemporal de Bally , debutó en 1952 como una bota de nieve con plataforma equipada con tecnologías preparadas para las pistas, todo ello envuelto en un diseño discreto.
Este calzado icónico adornó más tarde los pies del equipo olímpico suizo en Cortina d'Ampezzo en 1956, demostrando su versatilidad no sólo en las pistas, sino también en las calles, e incluso en los pies de los medallistas de oro.
Cada bota Curling está meticulosamente confeccionada con una suela de cinco capas, con piel de oveja, corcho, goma EVA, guata de fibra de algodón y la aclamada tecnología Arctic Grip® de Vibram. Esta combinación garantiza una tracción óptima sobre hielo o nieve, proporcionando la máxima estabilidad y agarre.
La bota Bally Curling, un símbolo de excelencia en calzado de invierno. Fabricada con precisión y diseñada para soportar las condiciones invernales más duras, esta bota combina a la perfección estilo y funcionalidad.
Fabricada con materiales de primera calidad, la bota Curling cuenta con un aislamiento excepcional para mantener los pies cómodamente calientes a temperaturas bajo cero. Su exterior resistente al agua o impermeable garantiza que te mantengas seco incluso en las condiciones más gélidas, proporcionando una barrera fiable contra la nieve y la humedad.
La durabilidad de la bota es incomparable, lo que la convierte en una inversión duradera que resiste el paso del tiempo. Ya sea por aceras heladas o por nieve profunda, la tracción superior de la bota y su construcción robusta proporcionan estabilidad y apoyo, evitando resbalones y caídas.
Más allá de su destreza técnica, esta bota no renuncia al estilo. Con un diseño atemporal y versátil, complementa sin esfuerzo cualquier vestuario de invierno, convirtiéndola en una opción de moda para aquellos que se niegan a sacrificar la estética por la funcionalidad.
Invertir en la bota rizadora Bally no es sólo una compra; es un compromiso con la calidad y el rendimiento. Experimenta la mezcla perfecta de comodidad, durabilidad y estilo que hace que esta bota de invierno valga cada céntimo.